La carta fue escrita por la diseñadora de ropa londinense Lucile Duff-Gordon el 27 de mayo de 1912, seis semanas después del hundimiento de Titanic. La mujer escribió a un amigo en Nueva York que ella y su marido, Cosmo Duff-Gordon, no recibieron una cálida bienvenida después de su rescate.
"Por la forma en que hemos sido tratados por Inglaterra tras nuestro regreso, no nos parece que hemos hecho lo correcto en ser salvados", reza la carta.