Hoy el país conmemora uno de los días en que se produjo uno de los hechos más trascendentales en la historia de la nación y que abrió las puertas a la libertad del pueblo dominicano: El ajusticiamiento del dictador Rafael Leónidas Trujillo.
La noche del 30 de mayo de 1961, un grupo de héroes dominicanos materializaba la culminación de un período luctuoso, en el que la sociedad vivió anquilosada en el terror de ver caer a muchos de sus hijos e hijas bajo la violencia y la intolerancia del déspota. Estos héroes, ajusticiadores, fueron Antonio Imbert Barrera, único sobreviviente actual; Antonio de la
Maza Vásquez; Salvador Estrella Sadhalá; Luis Manuel Cáceres; Huáscar Tejeda; primer teniente de la Guardia Presidencial, Amado García Guerrero; Luis Amiama Tió, quien sobrevivió, junto a Imbert Barrera, a la cacería mortal de la que fueron objeto posteriormente los conjurados del 30 de mayo.
Para Eduardo Díaz, presidente de la Fundación Héroes del 30 de Mayo, este histórico hecho abrió la ventana de la libertad de la Republica Dominicana.
Pero enfatizó que no se conmemora la muerte del dictador, sino la nueva era de libre expresión en que poco a poco se encarrilaba el país.
Antonio de la Maza, recibió la información que la noche del martes 30 de mayo, Trujillo iría a su casa en San Cristóbal, no dudó ni un instante, supo que había llegado el día. En ese momento podía “olerse” en el aire la tan esperada libertad, por lo que de inmediato contactó a Salvador Estrella Sadhalá, Antonio Imbert Barreras, Huáscar Tejeda, Amado García Guerrero, Roberto Pastoriza y Pedro Livio Cedeño.
El ajusticiamiento cumplió su objetivo, terminó con la Era de Trujillo, no obstante, aunque lograron la tan anhelada libertad, los precursores no pudieron disfrutarla, pues en la escena donde se produjo el ajusticiamiento dejaron varias pistas, además de que un testigo del hecho vivió, el chofer de Trujillo, Zacarías de la Cruz.
Trujillo logró avasallar campañas conspirativas en su contra como la emblemática de Maimón, Constanza y Estero Hondo el 14 junio de 1959 y contó con un aparato represivo, el Servicio de Inteligencia Militar (SIM), que en la última etapa de la tiranía quitó del medio vidas valiosas como las de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, el 25 de noviembre de 1960, lo que inició el descalabro del monstruoso edificio del gobierno de hierro. La denominada era de Trujillo inició en 1930, luego de que el sátrapa potencializara un golpe de Estado traidor contra su mentor el presidente Horacio Vásquez. Aunque muchos hablan de las luces de su régimen, por el impulso que dio a la economía y la liberación de las aduanas, se trató de un régimen de muerte y oprobio.