Está claro que esto solo se puede describir como un ataque terrorista”, indicó la primera ministra Jacinda Ardern. La policía presentó cargos por asesinato contra uno de los tres detenidos y halló dos artefactos explosivos que fueron desactivados. Ocurrió en la ciudad de Christchurch, la mayor ciudad de la Isla Sur del país, durante la sesión vespertina de oraciones
La Policía de Nueva Zelanda elevó hoy a 49 los muertos en los ataques terroristas contra dos mezquitas en la ciudad de Christchurch, en los que también resultaron heridas 20 personas.
El comisionado de la Policía neozelandesa, Mike Bush, confirmó en
una comparecencia retransmitida en directo desde Wellington que la alerta continúa en su nivel máximo en todo el país debido a los ataques, calificados de “terroristas”.
Un total de 41 víctimas murieron en el tiroteo en la mezquita Al Noor, mientras que otros 7 en la de Linwood y otra persona fue declarada muerta en el hospital.
“Una persona, un hombre de algo menos de 30 años, ha sido encausado por asesinato y será presentado ante un tribunal de Christchurch mañana [sábado] por la mañana” dijo Bush. La policía afirmó además que ya no busca a más sospechosos.
De los otros tres detenidos, Bush indicó que dos de ellos estaban en posesión de armas y se investiga su implicación en el suceso mientras que la cuarta persona no tenía ninguna relación con el caso y ha sido puesta en libertad.
Los ataques se produjeron a primera hora de la tarde en las dos mezquitas situadas en el centro de Christchurch, la mayor ciudad de la Isla Sur del país.
“Está claro que esto solo se puede describir como un ataque terrorista (…) Por lo que sabemos parece que estaba bien planeado”, indicó la primera ministra Jacinda Ardern. “Se encontraron dos artefactos explosivos en vehículos sospechosos y fueron desactivados”, añadió.
La primera ministra calificó el ataque de “extrema ideología y extrema violencia” y señaló que no tiene “precedentes” en Nueva Zelanda, un país que describió como diverso y abierto.
La primera ministra afirmó que los detenidos están siendo interrogados por la policía, al tiempo que precisó que los sospechosos no estaban fichados y estaban “fuera del radar” de los servicios de inteligencia.
Las mezquitas de Christchurch estaban repletas por la sesión vespertina de oraciones, cuando comenzaron los disparos. Un portavoz de la comunidad musulmana, Mustafa Farouk, indicó que en una de las mezquitas había reunidas entre 300 y 500 personas, según Radio New Zealand.
Toda la Isla Sur de Nueva Zelanda fue quedó bloqueada durante unas horas para operaciones policiales de búsqueda.
Uno de los tiroteos fue retransmitido en directo a través de las redes sociales por uno de los asaltantes, que aparece con ropa militar dentro del centro de culto disparando a bocajarro a varias personas con un arma automática de la que cambió el cargador al menos dos veces.
El hombre fue identificado como Brenton Tarrant, un ciudadano australiano de 28 años que además de filmarse, publicó un “manifiesto” en el que explicaba los motivos racistas del ataque e incluiría calificativos peyorativos contra los musulmanes.
Nueva Zelanda, un país que sólo ha tenido un puñado de tiroteos masivos en su historia, vive uno de sus “días más oscuros”, dijo en la primera reacción tras el ataque Ardern.
“Lo que ha ocurrido en Christchurch es un acto extraordinario de violencia sin precedentes. No tiene lugar en Nueva Zelanda. Muchos de los afectados serán miembros de nuestras comunidades migrantes; Nueva Zelanda es su hogar, somos nosotros”, dijo.
Inclusive el líder de la oposición neozelandesa, Simon Bridges, expresó públicamente su “apoyo a la comunidad islámica” del país. “Nadie en ese país debería vivir con miedo, no importa su raza o religión”, apuntó.
En la mezquita de Masjid al Noor, en el centro de Christchurch, un inmigrante palestino que no quiso ser identificado, dijo que vio un hombre ser baleado en la cabeza.
“Escuché tres disparos rápidos y después de unos 10 segundos todo comenzó de nuevo. Debe haber sido un arma automática porque nadie puede apretar el gatillo tan rápidamente”, dijo el hombre a la AFP.
Según su testimonio, “las personas comenzaron a correr. Algunas estaban cubiertas de sangre”.
El testigo Len Peneha aseguró que vio a un hombre vestido de negro ingresar a la mezquita Masjid Al Norr y posteriormente escuchó decenas de disparos, seguidos de personas que salen aterrorizadas del lugar.
Dijo que también vio al agresor mientras huía antes de que llegaran los servicios de emergencia.
Peneha comentó que ingresó a la mezquita para intentar ayudar.
“Vi muertos por todos lados. Había tres en el pasillo, en la puerta de entrada y dentro de la mezquita”, comentó. “Es algo increíble. No entiendo cómo es que alguien pudo hacerles esto a estas personas, a cualquiera; es ridículo”.
Dijo que ayudó a unas cinco personas a recuperarse dentro de su casa. Señaló que una de ellas sufrió heridas leves.
“He vivido al lado de la mezquita durante unos cinco años y las personas son grandiosas, son muy amigables”, comentó. “Simplemente no lo entiendo”.
Según otro testigo, el asaltante llevaba casco, gafas y chaqueta militar, y utilizó un arma automática con la que realizó una veintena de disparos.
En una de las mezquitas se encontraba el equipo completo de cricket de Bangladesh, pero los jugadores lograron huir a través de un parque aledaño al edificio.
El juego que ese equipo debía disputar contra la selección de Nueva Zelanda resultó cancelado.
El comisario Bush confirmó que cuatro sospechosos se encontraban bajo custodia policial. Además, indicó que la policía halló varios artefactos explosivos en autos ubicados cerca de los lugares del tiroteo. “Esto habla de la gravedad de lo ocurrido”, afirmó.
El momento de la detención de uno de los sospechosos
Bush también advirtió a los fieles musulmanes que eviten las mezquitas de todo el país.
El The New Zealand Herald reportó que el segundo tiroteo fue en la mezquita Linwood Masjid.
En un mensaje, el Primer Ministro de Australia, Scott Morrison, dijo que se sentía “horrorizado por las informaciones” sobre los tiroteos.