JOHANNESBURGO.- Los muertos por las intensas lluvias que azotaron el este de Sudáfrica en los últimos días ascienden ya a 70, según informaron este jueves fuentes oficiales.
No se descarta que el número de víctimas mortales aumente durante la jornada, mientras continúan las tareas de rescate.
Las cifras fueron actualizadas por Sihle Zikalala, gobernador interino de
la provincia sudafricana más afectada por las lluvias, KwaZulu-Natal, en una rueda de prensa.
Además, hay unas mil personas desplazadas de sus hogares solo en KwaZulu-Natal por culpa de las inundaciones y los destrozos en edificios e infraestructuras.
“Tenemos que centrarnos inmediatamente en que los que necesitan casa tengan asistencia”, dijo Zikalala en la comparecencia.
El gobernador señaló también que, aunque la provincia necesite mejoras, no considera que el resultado fatal de las lluvias sea culpa de deficiencias en la gestión provincial y municipal.
“Un desastre es un desastre, viene fuerte y sin avisar (…). Deja la lección de que tenemos que mejorar”, opinó el funcionario.
Entre las zonas afectadas se encuentra el área de la ciudad costera de Durban (la tercera más poblada del país).
Se espera que las intensas lluvias, que también han golpeado duramente otras regiones de Sudáfrica como la provincia de Cabo Oriental (sureste), den una tregua en los próximos días.
El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, visitó KwaZulu-Natal este miércoles para evaluar los daños en primera persona y prometió que el Gobierno enviará ayuda financiera para paliar la situación.
“La fuerza de la naturaleza es así de grande y esto es, en parte, de lo que va el cambio climático. Golpea cuando menos lo esperamos”, declaró el mandatario, que tuvo que acortar un viaje oficial a Egipto para atender los efectos del desastre meteorológico.
La semana pasada ya se habían registrado incidentes mortales por las fuertes lluvias, como el fallecimiento de 13 personas en la noche del 18 de abril, tras el desplome parcial de una iglesia pentecostal en la localidad de Dlangubo, también ubicada en la región de KwaZulu-Natal, donde se celebraba un servicio nocturno.
En la provincia de Limpopo (noreste), tres niños que jugaban en una mina abandonada se ahogaron el domingo pasado por la subida del nivel del agua a consecuencia de las precipitaciones.