EFE- EL CAIRO.- La Coalición Nacional Siria (CNFROS), la principal alianza opositora fuera del país, acusó este miércoles de “terrorismo político” a Rusia y China por vetar en el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución para prolongar la entrega de ayuda humanitaria a través de las fronteras terrestres a la población civil.
La CNFROS tildo de “gran crimen contra millones de sirios” el veto de chinos y rusos el martes a la prórroga de la autorización que permite llevar ayuda a través de la frontera y que expira el 10 de julio.
De no extenderse ese permiso supondría la parálisis de las operaciones humanitarias de las que dependen millones de personas, según la ONU.
“La posición de Rusia y China es una forma de terrorismo político organizado que tiene lugar en el Consejo de Seguridad desde hace años”, señaló en un comunicado la alianza de partidos y figuras opositoras al presidente sirio, Bachar al Asad.
“La comunidad internacional debe poner fin a esta farsa porque el asesino no puede tener una opinión determinante respecto al destino de las víctimas”, afirmó la CNFROS, acusando a Rusia de ser un “actor principal en los crímenes y violaciones contra el pueblo sirio”.
La oposición considera que “el poder de veto se ha vuelto un arma no menos letal que las armas de destrucción masiva mediante la que la gente es atacada, asesinada, detenida y desplazada de sus casas”.
Rusia y China vetaron en el Consejo de Seguridad la resolución propuesta por Alemania y Bélgica para prorrogar por un año el permiso para utilizar dos cruces en la frontera turca para ayuda que se entrega sin pasar por las autoridades de Damasco.
Los rusos, que ya en enero lograron la reducción a dos de los puntos de acceso por los que puede entrar la ayuda humanitaria en Siria, quieren ahora una prórroga de seis meses del ingreso de la ayuda por un solo punto, que conecta Turquía con Idlib, el último bastión opositor en Siria.
China, por su parte, quiere incluir en el texto un llamamiento a levantar las sanciones unilaterales contra Siria.
Organismos de derechos humanos responsabilizan a Rusia, que interviene en el conflicto sirio a favor de Al Asad, del bombardeo de civiles y objetivos no militares en Idlib, algo que niegan Moscú y Damasco, que consideran a la oposición terrorista.
La región de Idlib mantiene una estable tregua desde marzo en medio de una ofensiva que comenzó en abril del año pasado y que se ha ido deteniendo y reanudando en distintos momentos, y siempre con la negociación de turcos -valedores de la oposición- y rusos e iraníes -aliados de Damasco-.
Las agencias de la ONU calculan que en el noroeste de Siria hay cerca de 3 millones de civiles, muchos de ellos desplazados, y han advertido de su situación de vulnerabilidad en medio del conflicto.