Por tercera vez en 18 meses, Francia sufrió el jueves un ataque cuando un camión embistió por la noche a una multitud que participaba en los festejos por el Día de la Bastilla en Niza, en el sureste de Francia, en lo que la Prefectura local calificó como un“atentado”.
Cuando se apagaban las últimas luces de los fuegos artificiales por la celebración, el vehículo arrasó con las vidas que encontró a su paso. En consecuencia, al menos 84 personas murieron y 18 resultaron heridas de gravedad en el Paseo de los Ingleses, la rambla costera de Niza, una ciudad turística de la Riviera Francesa.
El presidente François Hollande viajó desde Aviñón a París para presidir un comité de crisis, declaró que “es innegable el carácter terrorista” del ataque y anunció la prolongación del estado de emergencia por tres meses más. “Toda Francia está bajo amenaza“, advirtió.
Según un documento hallado al interior del camión, un hombre de 31 años nacido en Niza y de origen tunecino iba al volante del vehículo que arrolló a cientos de personas que asistían al show en conmemoración del festejo nacional. El terrorista también realizó varios disparos con una pistola mientras conducía.
“Familias que compartían un momento de ocio fueron tomadas por blancos. Era un día simbólico en un lugar simbólico. La suma de estos dos símbolos fue lo que motivó el atentado”, consideró el diputado por la región de los Alpes Marítimos Eric Ciotti.
El fiscal Jean Michel Pretre relató que el camión condujo dos kilómetros “a toda velocidad” en medio de una gran multitud, antes de que la policía abatiera al conductor.
En otro mensaje en la red social, Christian Estrosi, presidente del Consejo de Provenza Alpes Costa Azul, la región a la que pertenece Niza, afirmó que “este es el peor drama de la historia de Niza”. En conversaciones con la cadena francesa BFMTV, confirmó además que el camión del ataque “estaba lleno de armas, lleno de granadas”.
En el lugar se estableció un amplio perímetro de seguridad. La Prefectura del Departamento de Alpes Marítimos se refirió al hecho como un atentado y pidió a la población que no salga de sus hogares. A pocos metros de a masacre, el lujoso lobby del Hotel Negresco se vio convertido en una sala de emergencias.
El presidente François Hollande, que se encontraba en Aviñón, regresó a Paríspara encabezar una célula de crisis tras la masacre.
Tras una reunión con el primer ministro, Manuel Valls, y el ministro del Interior, Bernard Cazeneueve, anunció la prolongación del estado de emergencia en el país tres meses.
Por la tarde del jueves, antes de que ocurrieran los atentados, se esperaba que el mandatario levantara esa misma condición que instauró en noviembre de 2015 tras los ataques terroristas en las calles de París que dejaron 130 muertos.
“Toda Francia está bajo amenaza terrorista”, declaró el mandatario en cadena nacional.
Se trata del tercer atentado en Francia en los últimos 18 meses, luego de los ataques al semanario Charlie Hebdo en enero de 2015 y los tiroteos coordinados en las calles de París en noviembre.